Luces de una ciudad "chic"
Lo urbano marginal en la pintura de Alberto Conrado ha ido ganando cada vez más espacio dentro de su lenguaje plástico. Atrás quedaron las pinturas abstractas donde lo urbano aparecía de manera sutil sin ninguna referencia concreta o directa. En esta, su primera muestra individual, parece ser que sus ideales de belleza, como el orden, el bien, lo armonioso, son confrontados con una ciudad donde el desorden y el desprestigio de lo correcto va ganando terreno día a día.
La fuerza del entorno se hace notar ni bien uno cruza los linderos de su taller, pues es inevitable sentir una especie de agresión o degustación visual -según como queramos ver-, donde uno, como peatón, está expuesto a cada tramo de una ciudad caótica y puede observar cevicherias de picante decoración hasta hostales con nombres provocativos que apelan al doble sentido y el morbo -todo: full neón-, y también al lenguaje coloquial faltoso de la calle como el aquí no pasa nada, habla, vas, o el impreso en anuncios de periódico candy: linda charapita consentidora.
Los cuadros de Alberto no solo nos hablan de esto, sino también nos invitan a reflexionar sobre la influencia que tiene todo este empacho de códigos y colores que obviamente revela complejos de una ciudad que todavía no se permite convivir en armonía.
Sus pinturas aún conservan cierta atmósfera abstracta donde títulos como "Hostal" y "Los pobres también somos felices" son una clara alusión a lo antes anotado. La palabra escrita en sus cuadros subraya o enfatiza el carácter irónico que encierran sus obras, como en la pintura "Nueva generación", tomada de la decoración de un mototaxi.
La pintura de Alberto Conrado radica en esta compleja, pero generalizada situación de muchos peruanos: los sentimientos encontrados con nuestro país. Donde el artista es traductor de su tiempo y para Alberto es importante entender su entorno y hacer de ustedes testigos de una realidad que a cada minuto se transforma en algo nuevo, para bien o para mal de los habitantes de esta ciudad.
Luis Castellanos Jara
Artista Plástico
La fuerza del entorno se hace notar ni bien uno cruza los linderos de su taller, pues es inevitable sentir una especie de agresión o degustación visual -según como queramos ver-, donde uno, como peatón, está expuesto a cada tramo de una ciudad caótica y puede observar cevicherias de picante decoración hasta hostales con nombres provocativos que apelan al doble sentido y el morbo -todo: full neón-, y también al lenguaje coloquial faltoso de la calle como el aquí no pasa nada, habla, vas, o el impreso en anuncios de periódico candy: linda charapita consentidora.
Los cuadros de Alberto no solo nos hablan de esto, sino también nos invitan a reflexionar sobre la influencia que tiene todo este empacho de códigos y colores que obviamente revela complejos de una ciudad que todavía no se permite convivir en armonía.
Sus pinturas aún conservan cierta atmósfera abstracta donde títulos como "Hostal" y "Los pobres también somos felices" son una clara alusión a lo antes anotado. La palabra escrita en sus cuadros subraya o enfatiza el carácter irónico que encierran sus obras, como en la pintura "Nueva generación", tomada de la decoración de un mototaxi.
La pintura de Alberto Conrado radica en esta compleja, pero generalizada situación de muchos peruanos: los sentimientos encontrados con nuestro país. Donde el artista es traductor de su tiempo y para Alberto es importante entender su entorno y hacer de ustedes testigos de una realidad que a cada minuto se transforma en algo nuevo, para bien o para mal de los habitantes de esta ciudad.
Luis Castellanos Jara
Artista Plástico
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